Los Mayos de Cuenca.

Reportaje de Juan Giménez de Aguilar en La Estampa de 12 de junio de 1928.

Joaquín Esteban Cava

     El primer tercio del siglo XX alumbró en Cuenca un ramillete de intelectuales que ejercieron de docentes bajo el pensamiento, entonces ilusionador, de que la enseñanza se debía generalizar a todos para hacer personas más libres con la herramienta de la cultura.
En el número 10 de la revista Mansiegona publiqué un reportaje titulado Isidoro Pardo, cronista de la Sierra (1919-1928). Este señor, de profesión maestro, tuvo la mala fortuna de morir en Valdecabras el 27 de enero de 1928, con 49 años, por una simple úlcera de estómago. En su etapa más creativa se fue, víctima probablemente de las carencias sanitarias en el medio rural de entonces, sin poder disfrutar de las ilusiones que los enseñantes gozaron con la instauración de la II República en 1931.
Juan Jiménez Aguilar (1876-1947), enseñante también, tuvo la fortuna de disfrutar esa ilusión, aunque luego padeció las consecuencias de la represión que la dictadura ejerció con los librepensadores.
Personajes como Isidoro Pardo, Rodolfo Llopis o Juan Jiménez Aguilar, además de docentes, necesitaban difundir sus conocimientos en ámbitos más generalistas, por lo que también se convirtieron en cronistas que publicaban sus colaboraciones en la prensa del momento.
Juan Jiménez Aguilar fue un erudito de la cultura popular conquense y un gran defensor del patrimonio histórico provincial. En el número 29 de la Revista Añil: Cuadernos de Castilla-La Mancha (2005), el periodista Tomás Fernández Ruiz hace una interesante biografía del personaje. Se puede consultar en este enlace:

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2524589.